Novenario

El Novenario de la Santísima Virgen de la Montaña se compone de varias celebraciones:
La primera de todas ellas es el Pregón, que tiene lugar el viernes anterior a la Bajada de la Virgen del Santuario. Habitualmente se ha celebrado en el Centro Cultural de la Calle Clavellinas. Sin embargo, desde el pasado año el pregón se pronuncia en el Gran Teatro. El pregón de exaltación del Novenario supone uno de los máximos honores que puede recibir una persona. En el mismo, se suelen expresar las vivencias del pregonero en relación a la Virgen y se realiza una adoración poética a la Patrona de los cacereños.
La segunda celebración es la Bajada de la Virgen desde el Santuario situado en la Sierra de la Mosca hasta la ciudad. Se celebra siempre 11 días antes del primer domingo de mayo. En su descenso, la Virgen es recibida por distintas cofradías, agrupaciones e instituciones tales como la Cofradía de la Soledad en el Calvario, la Cofradía del Amparo en su Ermita, la Alcaldesa en Fuente Concejo, distintos grupos en la Ermita del Vaquero, el Grupo Scout de Sant Yago en Santiago, seguido de las Cofradías del Nazareno y de la Sagrada Cena y, finalmente, la recepción en la Plaza Mayor y Santa María. Desde el Santuario hasta Fuente Concejo, la Virgen procesiona en romería con cantos de los fieles y gritos de vivas y piropos. Ya en Fuente Concejo, donde un gran número de fieles le espera siempre, la Banda de la Diputación o la Banda Municipal interpretan el Himno Nacional en el momento en el que la alcaldesa le entrega el Bastón de Mando. A partir de ahí, el sonido de la música de las Bandas y niños de un grupo de danza escoltan a la Virgen por la ciudad, siempre portada por sus hermanas y hermanos de carga excepto en el tramo que va desde el Calvario hasta la Ermita del Amparo. Otro de los momentos más especiales es la entrada de la Virgen en la calle Caleros, vestida siempre de banderitas, mantones de manila y perfumada de romero en su honor. En los últimos años, las bandas han interpretado marchas como el Redoble (Banda Municipal) o Morenita de la Montaña (Banda de la Diputación) en esta zona. Ya la Plaza del Duque, una tuna le canta a la Morenita de la Montaña que recibe con una sonrisa sus cantos y piropos. Seguidamente, el recibimiento por parte de miles de fieles en la Plaza Mayor, es otro de los momentos sublimes de la Bajada. A la entrada de la Virgen suelen decirse estas palabras: Cacereñas, Cacereños, la Patrona está en su casa. VIVA LA VIRGEN DE LA MONTAÑA.  Una vez situada la Señora sobre un altar de flores, la Alcaldesa y el Obispo le dan la Bienvenida. A continuación, la Virgen cruza el Arco de Santa María y, finalmente, entra en la Concatedral de Santa María a los sones de su himno acompañado por el organista. La Virgen es colocada en el altar en un bello contraste entre la madera oscura del retablo  y sus deslumbrantes mantos, flores y andas plateadas.
Once días permanece la Virgen en la ciudad, siendo nueve de novenario, dos de besamanto (viernes y sábado) y el domingo parte la Patrona de nuevo al Santuario. Cada día del Novenario, la Virgen recibe a los fieles con un manto distinto. Se realizan predicaciones especiales con motivo de su presencia en la Santa Iglesia Concatedral y se ofician varias misas durante cada día (8, 9, 10, 11, 12, 13, 17:30 y 18:30, 19:30 Rosario y Novena, 20 Misa y predicación y a las 22 Misa). La Virgen recibe la visita de numerosos grupos de escolares, enfermos, presentación de los niños nacidos desde su última bajada, jóvenes cofrades, etc. Además, miles de cacereños llenan las naves del templo catedralicio, visitándola al menos una vez cada día. Además, la Cofradía suele realizar algunas acciones y campañas de solidaridad durante los días en los que la Patrona preside el altar de Santa María.
El viernes y el sábado previo al Domingo de subida, se celebra el Besamanto en la Concatedral.
El primer domingo del mes de mayo, la Virgen de la Montaña realiza su ascensión al Santuario. Parte a las 9 de la mañana desde la Concatedral, pasando de nuevo bajo el Arco de la Estrella para llegar a la Plaza, donde encara en señal de despedida la blanca fachada del Ayuntamiento. Al entrar en pintores, suele pasar bajo un arco de palmas y flores, continuando por San Juan, Sergio Sánchez y Pizarro. Ya en el Barrio de Miralrio, son varios los altares que le esperan, con balcones engalanados con mantones de manila. En el puente San Francisco, Felisa suele dedicarle también algún precioso canto, seguido de vivas entre aplausos y piropos en un derroche de fe y de cacereñismo. En el último altar sobre el que pasa la Patrona se realiza una suelta de palomas en un emocionante encuentro. Ya en Fuente Concejo, tras unas palabras del Obispo, se canta la Salve Regina y la banda entona el himno Nacional con la retirada del Bastón de Mando que pasa de nuevo a manos de la alcaldesa. Seguidamente, suenan los acordes del redoble, con el que la Virgen se despide de la ciudad y comienza la ascensión a paso ligero. En el altozano de San Marquino, la Virgen ofrece una última mirada a la ciudad, siempre portada por sus hermanas y hermanos de carga y continúa su ascensión. A lo largo del camino, los propietarios de las fincas aledañas al camino ofrecen la tradicional bota para los fatigados hermanos y hermanas de carga. De esta forma, se da una calurosa y fraternal bienvenida acompañada de un abrazo, pinchos de patatera, chorizo y queso junto con botas de vino. La Virgen prosigue su ascensión en romería, con cantos, y portada por el pueblo entre la ermita del Amparo y el Calvario.



Finalmente, tras las famosas curvas peligrosas, llega a la explanada del Santuario donde le suele recibir el Coro Rociero con cantos dedicados a Ella. La Virgen es situada en el Templete y se oficia una Misa de Romeros. Al finalizar la Eucaristía, los hermanos y hermanas trasladan a la Virgen al Santuario, previa despedida de la ciudad. Justo tras colocar a la Virgen dentro del Santuario, los hermanos acuden a una peña denominada popularmente como "el hoyo" para rezar por los hermanos fallecidos y donde algunos hermanos y algunos miembros de la Guardia Civil que han escoltado durante todo el recorrido a la Patrona, le dedican poesías y rezos. Se ofrecen durante este acto íntimo de los hermanos medias noches y botas de vino. A continuación la Cofradía ofrece una Comida de Hermandad en el Restaurante del Santuario con un menú tradicional cacereño compuesto por entremeses y frite extremeño. Cuando está finalizando la comida, se da a los hermanos un puro por parte del Hermano Mayor.
 
Ya por la tarde, la Virgen es colocada en el altar, se ofrecen las flores que ha llevado durante la procesión y se recogen las andas para que se conserven adecuadamente hasta el año siguiente.

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